Blog de Joan Pau Inarejos
Los desechos del puro se hunden con un murmullo placentero. Sin duda se sienten halagados de ahogarse en la fresa, y no en un cenicero triste.
NIETZSCHE: Pero usted es…DIOS: Sí, sí. Pase, por favor.NIETZSCHE: No lo puedo creer… ¡yo lo daba por muerto!
Me fui brincando hacia su vientre y le pisé el ombligo, pero no pareció molestarle. Quién sabe si ya me había descubierto, y me observaba como a un nuevo juguete.
Apagó el cigarrillo y exclamó: "qué calor". Se llevó las manos al pelo y se quitó los clips de colores. Una cabellera enorme, dorada y esponjosa le bajó hasta media espalda. Encendió otro cigarrillo y me miró con verde intenso.
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