dilluns, 5 d’octubre del 2009

'Si la cosa funciona': sermón del Padre Allen


ATENCIÓN: este artículo contiene pequeños detalles del argumento

LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 6

El neurótico ha vuelto más verborreico que nunca: Boris, el maduro neyorquino que protagoniza Wathever works (Si la cosa funciona), se pasa 90 minutos perorando sobre todas las filias y fobias de Woody Allen: que si Dios, que si el sexo, que si la muerte, que si la hipocondría, que si la genialidad.

Lo mejor. Ah, pero era una comedia. Aunque parezca mentira, tras los cargantes monólogos de ese predicador con aires de Risto Mejide, intenta desarrollarse una sátira sobre la América facha y su grotesca progenie. Y ahí es donde el de Manhattan lanza sus tiros más certeros, dibujando a un republicanísimo matrimonio del sur profundo -of course- que protagoniza una improbable salida del armario hacia la promiscuidad y la vida chic neoyorquina. Patricia Clarkson y Ed Begley Jr., componiendo a este hilarante matrimonio converso, son sin duda lo mejor de la función.

Lo peor. Pero a pesar de los esbozos narrativos, Allen insiste machaconamente, como Mari Carmen y sus muñecos, en hacer repetir a su guiñol los más ocurrentes brochazos contra todo y contra todos, y ahí está el viejo Boris, dirigiéndose constantemente a la platea como una cansina y omnipresente voz en off.

El problema es que ni siquiera se trata de un pesimismo auténtico, sino más bien de boquilla, porque la presunta cinta destroyer, nihilista y desesperanzada, acaba desembocando en una moraleja efervescente y lenitiva, como una aspirina, que reza algo así como: Todos somos diferentes, pero todos podemos ser felices si sabemos aprovechar nuestros momentos de azar.

Metéoslo en la cabeza, todo es relativo, todo es azaroso, y aun así qué divertido es todo. Amén.


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