Un año terrorífico y neoyorquino
por JOAN PAU INAREJOS
De un tiempo a esta parte, el cine ha encontrado un placer particular en sacudir y hasta despedazar el llamado sueño americano. Tal ha sido el propósito de algunas de las mejores películas del 2015, que, para remachar el clavo, han querido reunirse en la mismísima Gran Manzana. Ya sea en Broadway o en Times Square, hemos gozado contemplando la trastienda del mundo brillante de la farándula (‘Birdman’) o el reverso desencantado de la beautiful people más o menos veinteañera (‘Mistress America’), mientras, irracionalmente, seguía apagándose el antaño genio de la comedia neoyorquina. La ciudad que nunca duerme también nos ha desvelado los secretos más malolientes y mejor guardados de su prosperidad (‘El año más violento’), sin olvidar los viajes demoledores del Western hacia el Este (‘The Homesman’).
2015 también ha sido el año del terror renovador, todo un festín para los que amamos el arte de pasarlo fantásticamente mal. Desde cuentos infantiles perversamente invertidos (‘Babadook’, el formidable debut de la australiana Jenniker Kent, o ‘La visita’, feliz reencuentro con el Shyamalan de los inicios) hasta oscuras pesadillas sexuales (‘It follows’) o fábulas políticas de insólito barniz apocalíptico (la húngara y perruna ‘White god’), el género ha brillado –y estremecido- más que nunca. Hemos pasado miedo con muy poco presupuesto (la producción catalana ‘El cadáver de Ana Fritz’), revalidando si era necesario la buena salud del thriller made in Spain (la trepidante ‘El desconocido’) y del cine español más poético y sensorial ('La novia', adaptación lorquiana con un lejano sabor a la Blancanieves de Pablo Berger).
El año de las periferias triunfantes. Tras ‘Gravity’, los directores mexicanos siguen colonizando Hollywood (‘Birdman’ de nuevo) e insuflando vitalidad a la animación digital (‘El libro de la vida’, canto deslumbrante a la festividad de los muertos). La Irlanda más mitológica ha vuelto de la mano de ese maestro llamado Tomm Moore (‘Song of the sea’) y la más socarrona de la mano de esos genios apellidados McDonagh (‘Calvary’). En el cine palomitero, aplaudimos el camino cool y marveliano que están tomando producciones como ‘Kingsman’ (a mayor gloria de la hibridación entre espías y superhéroes) o la más discreta ‘Operación U.N.C.L.E.’ (a Guy Ritchie le perdonamos estas diversiones).
Hay sagas que no han rugido tanto como quisiéramos (‘Jurassic World’), otras que han resucitado con esplendor (‘El despertar de la fuerza’) y algunas que por fin han muerto aunque sea en presencia de la gran Jennifer Lawrence (‘Sinsajo – parte 2’). En esa zona ambigua del sí-pero-no, deberíamos incluir ciertos viajes a los confines del universo que nadie había pedido (‘The Martian’, un Ridley Scott que, como Allen, sigue sin hacer su última obra maestra), o el spin-offde Los Minions, por mucho que estos hombrecillos amarillos sean los reyes absolutos del merchandising navideño (con permiso del simpático BB-8 de Star Wars). Y por cierto, ya que estamos en estas fechas entrañables, ahí van nuestros tres deseos para el año nuevo: que la Pixar recupere el talento perdido, que Robert Downey Junior vuelva pronto a profanar el mito de Sherlock Holmes y que Tarantinose siga imitando a sí mismo a su modo inimitable. ¿Puede ser?
1 Mistress America
Nota: 8,5. Leer la reseña completa
2 Birdman
Nota: 8. Leer la reseña completa
3 Babadook
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4 It follows
Nota: 8. Leer la reseña completa
5 White god
Nota: 8. Leer la reseña completa
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