dimecres, 27 de juny del 2007

Diferencias por todas partes

WALTER LIPPMANN

"Los anarquistas sofisticados perciben todo un universo de disensiones entre Bakunin y Kroptkin”

La lucidez mental consiste en la capacidad de disociar analogías superficiales, reparar en las diferencias y percibir la variedad. Es una facultad relativa. Podemos apreciar notables diferencias entre la lucidez, de por ejemplo, un bebé recién nacido y un botánico en el momento de examinar una flor. Los recién nacidos apenas aprecian una ligera diferencia entre sus propios dedos, el reloj de su padre, la lámpara que hay sobre la mesa, la luna en el cielo y una edición de color amarillo brillante de Guy de Maupassant.

Cabe señalar que muchos miembros del ‘Union League Club’ no aprecian diferencias notables entre demócratas, socialistas, anarquistas y ladrones, mientras que los anarquistas más sofisticados perciben todo un universo de disensiones entre Bakunin, Tolstoi y Kroptkin. Estos ejemplos demuestran hasta qué punto puede resultar difícil definir con exactitud la opinión pública de los recién nacidos acerca de Maupassant, o del ‘Union League Club’ acerca de los demócratas.

Los individuos que se limitan a montar en los automóviles de terceros quizá no puedan distinguir más allá de un Ford, un taxi y un automóvil. Sin embargo, si esos mismos sujetos se comprasen y condujesen su propio vehículo, es decir, si proyectaran su líbido hacia los automóviles, como dicen los psicoanalistas, serían capaces de describir las diferencias existentes entre diversos carburadores con sólo mirar la parte trasera de un coche aparcado a una calle de distancia.

A esto se debe que a menudo nos sintamos aliviados cuando la conversación se deriva de “temas generales” a nuestras aficiones personales: es como pasar del paisaje que vemos pintado en el salón al campo de labranza que hay fuera de casa; o como regresar al mundo tridimensional después de habernos introducido en el retrato de la respuesta emotiva dada por un pintor ante lo que, en virtud de su propia memoria distraída, imagina que ha visto.

WALTER LIPPMANN, 'LA OPINIÓN PÚBLICA' (1922)

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