Se recuerda el símbolo célebre de de las cuatro maneras de regar: o sacando agua de un pozo, o con noria, o de un río, “u con llover mucho que lo riegue el señor sin trabajo ninguno nuestro, y es muy sin comparación mejor que todo lo que queda dicho” [Libro de la Vida, 11,7]. La oración mística, como quien oye llover, se pasea por la tierra húmeda. Oír llover, importante tarea, decía un poeta muy poco teresiano por lo demás (Julio Cortázar). Y esto, en los tiempos en que el “calvinismo”, por lo menos según Weber, da las bendiciones a la medición capitalista del trabajo.
PATRICIO PEÑALVER, ‘LA MÍSTICA ESPAÑOLA’ (1997)
me ha encantado este blog lleno de referencias, qué bueno encontrarte.
ResponEliminaCOMPARTIM GUSTOS, UN DIA M'AGRADARIA FER UN QUADRE A 4 MANS, QUÈ ET SEMBLA?
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