dimarts, 18 de novembre del 2008

La letra y los vascos

MIGUEL DE UNAMUNO

"¿Por qué buscáis al viviente entre los cadáveres?. O sea: ¿Por qué buscáis la palabra entre los huesos?”

La letra es muerta; en la letra no se puede buscar la vida. Cuenta el Evangelio (según Lucas, XXIV) que cuando los discípulos del Maestro, despuñes de la muerte de éste, fueron el sábado a su sepulcro, encontraron la losa removida y no el cuerpo del Señor Jesús, y al asombrarse, se les presentaron dos hombres con vestido resplandeciente y les dijeron: "¿Por qué buscáis al viviente entre los cadáveres?". O sea: ¿Por qué buscáis la palabra entre los huesos? Los huesos no hablan (..).

"La lengua materna de Íñigo de Loyola, el eusquera, empezó a ser escrita merced al movimiento protestante”

Los protestantes, que establecieron el sacramento de la palabra -sacramento que mató a la eucaristía-, encadenaron a ésta a la letra. Y se pusieron a enseñar a los pueblos no tanto a oír cuanto a leer.

Y es curioso -sirva esto de diversión anecdótica- que la lengua materna de Íñigo de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, que es la misma que la lengua materna del abate de Saint-Cyran, el de Port-Royal, y la misma de mis padres y abuelos todos, el eusquera vasco, empezó a ser escrita merced al movimiento protestante. La traducción del Nuevo Testamento al vasco, hecha por Juan de Liçacarrague, un hugonote vascofrancés, de Briscous -en vascuence, Berascoya-, fue uno de los primeros libros, acaso el segundo, escrito en vasco.

MIGUEL DE UNAMUNO, 'LA AGONÍA DEL CRISTIANISMO' (1924)


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