dissabte, 6 de setembre del 2014
La belleza de los fines
dissabte, 21 de juny del 2014
apuntes
dissabte, 5 d’abril del 2014
Contemplar
dissabte, 8 de març del 2014
Preguntar es pescar
dilluns, 16 de desembre del 2013
Aburrimiento
dissabte, 19 d’octubre del 2013
Pupila
diumenge, 10 de març del 2013
Las gafas
dissabte, 2 de març del 2013
Guillotina helicoidal
dimarts, 5 de febrer del 2013
"Misión de claridad"
dissabte, 19 de gener del 2013
Poinsettias
dissabte, 12 de gener del 2013
Flourishing
dissabte, 13 d’octubre del 2012
Leticia y la alegría
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dissabte, 15 de setembre del 2012
El instante
dimecres, 29 d’agost del 2012
elogio de la minúscula
dimecres, 20 de juny del 2012
La verdad, esa maltratada
dissabte, 21 de maig del 2011
El bello es vello
Observa el sabio José Antonio Marina que el castellano es poco preciso y profuso para hablar de la experiencia estética. Además -si se nos permite la nota al pie-, lo bello se confunde con facilidad con el vello (desafortunada coincidencia), y menos suerte todavía tiene el catalán bell, que directamente sufre homofonía con la vejez (vell)... Lo bonito o lo maco, tan hogareños y pueriles, apenas tienen categoría para llenar este vacío tan enojoso en nuestras lenguas, que obliga a señalizar las conversaciones con vulgares aclaraciones ortográficas ("bello con be", "bell amb be alta"). Tampoco cabe en la conversación cotidiana ibérica hablar de lo hermoso, lo lindo o lo formós (si no es con un arpa entre las manos), así que seguiremos sufriendo en silencio esta endémica censura lingüística: una lástima.
La palabra bello tiene una historia confusa porque procede del latín bellus, que es el diminutivo familiar de bonus, "bien". Significaba, literalmente, bonito. Sustituyó popularmente a otras palabras de más empaque como pulcher y decorus ("la belleza adornada") (...) No he encontrado ninguna palabra castellana para designar la experiencia estética. Algunos estudiosos han señalado que "a medida que avanza el siglo XVII se advierte una ampliación del vocabulario utilizado para describir este tipo de experiencias. Y algunos de los adjetivos y verbos usados tienen una relación innegable con lo inefable" (...) La experiencia estética no está, como he dicho, lexicalizada en castellano. ¿Cómo se puede explicar este desinterés? Posiblemente porque la experiencia de la belleza, que sin duda ha existido siempre, situaba en el objeto el valor desencadenante. Lo único que tenía que hacer el sujeto era contemplar lo que había.
divendres, 20 de maig del 2011
Diccionario de los sentimientos
"Los baijing llaman cansancio a lo que se siente después de la partida de un amigo, y la metáfora no es nada extravagante: en castellano, la pesadumbre es un modo de tristeza"
------Según los antropológos, en muchas culturas primitivas las emociones no se consideran fenómenos íntimos, sino fisiológicos y sociales. Los psicólogos occidentales no suelen incluir el hambre en las listas de sentimientos, pero Fajans, investigador de los baijing, explica con mucha claridad por qué este pueblo cree que anaingi, "hambre", es un sentimiento, además de un estado físico. Lo relacionan con el aislamiento y la soledad (...) Para paliar la tristeza que acompaña al viajero, cuando alguno llega a una comunidad baijing se le da inmediatamente comida. También se ha considerado que ese pueblo analizaba mal los sentimientos porque llamaba "cansancio" (awumbuk) a lo que se siente después de la partida de un amigo o familiar. Este sentimiento es causado por el "peso" que el que se marcha deja tras sí. Aunque en castellano preferiría hablar del "vacío" que deja la ausencia, la metáfora baijing no es nada extravagante. En castellano, la pesadumbre es un modo de tristeza.
EL AMOR
"Los amantes son charlatanes porque el enamoramiento produce un avivamiento de la realidad, que se vuelve más interesante"
dissabte, 18 de juliol del 2009
La agilidad
JOSÉ ANTONIO MARINA
Leo la Suma Teológica de Tomás de Aquino, un libro que atesora gran parte de la sabiduría medieval, y tropiezo con una idea fascinante. Aquino cree en la resurrección de los cuerpos, y se pregunta cómo serán esos cuerpos resucitados, esos cuerpos "gloriosos". El buen dominicio no se arredraba ante la dificultad. Responde con gran convicción que una de sus características será la agilidad. La define como al sumisión completa del cuerpo a la idea.
Como la capacidad de moverse de acuerdo con el espíritu. No sé si les he contado que yo estudié filosofía porque en mi adolescencia lo que verdaderamente me emocionaba era la danza. Quería dedicarme a algo que tuviera que ver con el baile. Como en España esa época no había escuela de danza, ni siquiera una compañía de ballet estable, pensé que mientras se aclaraba mi porvenir, estaría bien adquirir una cultura artística, y para ello comencé a estudiar Filosofía y Letras.
Entonces descubrí que lo que me emocionaba del baile era algo que trascendía el baile. Era la experiencia de convertir el esfuerzo en gracia. Aún sigo trastornado por esa experiencia. El bailarín trabaja, ensaya, suda en la barra para conseguir la agilidad y que no se note el esfuerzo. Para que su cuerpo sea dócil bajo el poder la música.
"Oh, cuerpo curvado por la música, / oh mirada iluminada! / ¿Cómo podríamos distinguir / el danzante de la danza?".
Así canta Yeats. Así quería ser yo (...). Entrenarse es duro, pero jugar con soltura es magnífico. Me pareció que la filosofía era un modo de bailar. Nietzsche dijo que era bailar por encima de uno mismo. Cuando experimentamos la torpeza, la limitación, la pesadez, la agilidad parece como la gran utopía. Los griegos consideraban que la gracia era el dinamismo de la belleza, la belleza que nos contagia su dinamismo y que experimentamos por ello como eu-foria: somos bien-llevados por ella. En ese instante de arrebato, escribía Ortega, "la onerosa vida pierde peso, se torna ligera, ágil, rapida, en suma alacer". Alacer es la palabra latina de donde viene la nuestra alegría. Por otra parte, alacer corresponde al vocablo griego elaphos, que designa los mismos valores, lo sin peso, ligero, y rápido. De aquí que elaphos signifique el ciervo.
De todas estas cosas hablé hace unos días en Bilbao a entrenadores y profesores de educación física. Quería que comprendieran que su tarea es profunda y hermosa, como la agilidad. Isaías convertía al justo en un atleta al decir de él: "Correrán sin cansarse".
El inagotable Tomás de Aquino señala otra cualidad del cuerpo glorioso: la claridad. La pintura tradicionalmente la representaba como un halo luminoso en torno a la cabeza de los santos. Es la irradiación de la verdad, de la bondad, de la belleza. En un bosque enmarañado nos encanta descubrir un claro. Y es una experiencia inolvidable.
dissabte, 17 de gener del 2009
Se aniñan
JOSÉ ANTONIO MARINA
"Los enamorados se aniñan un poco", uno cuida del otro "como la virtud que hace regalos"
Lo más peculiar de la relación amorosa plena -la que he descrito como una elipse con dos centros [el amante egoísta es un círculo que hace girar al otro alrededor suyo], entró en el mundo con la maternidad, que es su paradigma. La felicidad de la madre -egocéntrica- depende de la felicidad de su niño -heterocéntrica-. Esto favorece las conductas de cuidado, que son costosas pero al mismo tiempo crean efectos de campo felicitarios.
La relación sexual es mucho menos afectuosa. En el mundo animal es ferozmente egocéntrica. Basta ver la resignación con que las hembras soportan la cópula. Los seres humanos estamos tratando de introducir patrones amorosos -patrones de cuidado-en esa relación. De ahí la transposición de la ternura, que es un sentimiento dirigido a lo pequeño y débil, al amor adulto. Los enamorados se aniñan un poco, se dicen ternezas, utilizan un idioma infantil. Esta actitud de simetría básica puede prolongarse en actitudes de cuidado, que tienen una geometría variable.
Todos -hombres y mujeres- necesitamos dar y recibir cuidados, con lo que hacemos posible esa movilidad posicional (...). Lo importante es que esas figuras no se solidifiquen, para evitar que una persona sea siempre la cuidadora y la otra la cuidada. Mientras que las teorías viejas del poder limitan las posibilidades, las teorías del empoderamiento las amplían (...); enlazan con una interpretación de la "voluntad de poder" nietzscheana, que la relaciona con "la virtud que hace regalos, con la creación amorosa, con la generosidad".
El comodín de la naturaleza
JOSÉ ANTONIO MARINA
"Puedo apelar, según me interese, a la monogamia de las palomas, a la poligamia de los ciervos o al asesinato de la mantis"
Una de las teorías de legitimación más poderosa y perseverante a lo largo de la historia es la que toma la idea de la naturaleza o de ley natural como última justificación de las normas. Esta idea surge en Grecia al calor de un debate entre nomos y physis (...).
Lo malo es que en la idea de naturaleza se encuentra lo que previamente se ha puesto en ella, por lo que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Si quier legitimar el matrimonio indisoluble, apelo a la necesidad de estabilidad que tienen los hijos y las personas en general. Si quiero justificar la violación, diré que la naturaleza la admite.
Puedo apelar, según me interese, a la monogamia de las palomas, a la poligamia de los ciervos y al asesinato en pareja como en la mantis religiosa. Woody Allen se burlaba de un curso de filosofía en una universidad de verano, titulado: "El imperativo categórico: seis maneras de usarlo en provecho suyo". Pues también podría haber uno sobre el tema: "La naturaleza como fuente normativa: dieciocho maneras de usarla en provecho suyo".