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dilluns, 2 de novembre del 2015

Divina ficción


Escena de la Creación, de Michelangelo (1508-1512)
Un cristiano, un sabio portugués, disertando sobre la narrativa y la necesidad de la ficción. Enamorados de la palabra, creyentes o no, leedlo.

Gabriel Magalhâes
‘Los caminos de la literatura hacia Dios. Sobre el valor de la ficción narrativa y del artificio retórico para la fe cristiana’. Lección inaugural del curso 2015-2016 del Iscreb, Institut Superior de Ciències Religioses de Barcelona. 28/10/2015

mentiras para decir la verdad
las ficciones tienen también una cuarta y curiosa finalidad: sirven para decir la verdad en un mundo que nos impone sus mentiras. Cada época existe bajo el peso, bajo las sombras de las falsedades que toca respetar en ese tiempo (…). Lo mismo pasa con el Quijote: en una sociedad de heroísmos oficiales, la novela de Cervantes nos permite reírnos un poco de esa heroicidad (…). La ficción es la verdad que se puede decir, declarándola de entrada como mentira, de manera que sea tolerable para los poderes fácticos de las grandes burlas sociales. Podríamos decir que los novelistas son un poco como los juglares, a los que se permiten cosas intolerables cuando son perpetradas por otras personas. En la ficción se incuba, en un sistema social, el proceso de llegada a la conciencia de la verdad.

“mentiras viajando rumbo a la verdad”
Nos falta, todavía, una función más (…); las historias (…) son algo más que mentiras viajando rumbo a la verdad; porque, en efecto, los textos narrativos también constituyen una de las mejores maneras de introducir el debate.

“oficiosa falsedad” vs “verdad oficial”
El modo como el autor de las ‘Novelas ejemplares’ [Cervantes] se permite dudar de la realidad del sueño heroico constituye algo que sólo se puede hacer porque se realiza en las páginas de una obra de ficción. De nuevo comprobamos que lo narrativo, con su oficiosa falsedad, nos permite cuestionar las verdades oficiales. Y de este modo llegar a una visión más verídica de las cosas.

la narrativa nos despierta de la hipnosis
leer o escuchar un relato siempre implica pensar, también, un poco, en nuestro propio recorrido. De esta forma, a través de una narrativa, despertamos de la hipnosis, del sonambulismo de los quehaceres cotidianos. Y así tenemos de nuevo, delante de nosotros, el horizonte de ser personas. Este estado de enajenación se describe muy bien, en los Evangelios, en la historia del hijo perdido (…) su vida se transforma en un delirio de instantes, en un centelleo de placeres, en una borachera de goces caóticos. Nos dice Lucas que “desperdició sus bienes viviendo perdidamente”. El adverbio “perdidamente” es aquí esencial: este muchacho ya no sabe hacia dónde va.

la ficción como ensayo de la vida
Las parábolas pretenden, precisamente, que nos acordemos de que somos humanos (…) también para entrever, para columbrar el sentido del mundo (…). Los niños, por ejemplo, aprenden la textura de la realidad ensayando el teatro de la vida con los cuentos que se cuentan a sí mismos.

en defensa de la retórica
Un lenguaje sin retórica funciona sencillamente como un conjunto de etiquetas, de códigos de barras del mundo. Por consiguiente, el artificio verbal no es una cosa mala, una moneda falsa de los idiomas, sino todo lo contrario: una manera de que el lenguaje se pueda zambullir en el misterio del mundo. Estamos, pues, equivocados cuando censuramos la palabra en estado de figura: negar esta posibilidad de los vocablos equivale a cortarles a las palabras sus posibles vuelos (…). Le faltaría a cada vocablo el cielo que nace de su uso creativo, lírico (…). Por consiguiente, la retórica no es un lujo, del cual debamos prescindir, sino todo lo contrario: la llave que abre las habitaciones más misteriosas de la casa de nuestro espíritu (…). No se nos ocurriría quitarle brillo a las estrellas, considerándolo un lujo: no cercenemos, pues, el centelleo de las voces. Hagamos lo contrario: aprovechemos ese relumbrón para aclarar nuestra vida, nuestra alma.

la delicadeza de las parábolas
(…) ocurre con la espantosa parábola de los ladrones homicidas: de nuevo en clave de fantasía, Jesús escanea la mente de sus enemigos, diciendo, fantásticamente, lo que en ella existe realmente. No es que Jesús actuara así por miedo: sencillamente a veces hay cosas tan insoportables que sólo de esa manera ficcional se pueden decir (…). Servirse de lo posible en vez de machacar con lo rea, revela una vez más la infinita delicadeza del Salvador.

el génesis y dulcinea
los cristianos a veces nos empeñamos en afirmar que todo es, literalmente, cierto. Cuando, al contrario, debemos considerar que, si el Salvador se sirvió de la ficción en su trabajo de evangelización, resulta natural que en el corpus veterotestamentario nos encontremos con secciones que sean también de tipo ficcional (…). Inútil, pues, discutir si Dios efectivamente creó el mundo en siete días. es tan baladí como discutir si Dulcinea era o no natural del Toboso.. El Génesis, en mi modesta opinión, funciona como una ficción inspirada, en la cual, a través del velo de la imaginación, nos surge el resplandor de la verdad.

la ficción es “otra mejilla” del rostro de la verdad
Dejo a los especialistas la determinación de qué apartados bíblicos deben ser leídos en clave ficcional. Vuelvo a recordarles que es sencillamente otra mejilla del rostro de la verdad (…). No debemos tenerle miedo a la ficción como parte de la verdad, porque el mismo Jesús (…) tampoco lo tuvo.

Jesús el Narrador
(…) La Encarnación (…) no puede ser vista nada más como un fenómeno físico (…). Jesús encarna también en el útero más vasto de todo lo humano (…). Encarna, pues, también en el lenguaje, y en sus diversos usos, entre ellos uno capital: el de contar historias (…). Su bajada del cielo no se reduce a un hecho orgánico, biológico, también conlleva la adopción de una serie de comportamientos antropológicos típicamente humanos.

la concisión de Dios
(…) no obstante, debo afirmar que, en las parábolas de Jesús, existe un sello divino, que las demás historias creadas por los hombres no tienen, y que consiste en lo siguiente: sus parábolas no tienen el más mínimo miligramo de intencionalidad literaria, centrándose sólo en el viaje a la verdad que representan. Son, pues, piezas de una pureza, de una sobriedad casi absolutas (…) el arte de Dios es así: absolutamente sin arte (…). El arte de los seres humanos, por muy bueno que sea, siempre resulta excesivamente artístico: en él se reflejan miedos que ya no debíamos tener y ambiciones que debiéramos haber desechado. La literatura se escribe aún de este lado de la vida, con todo lo que tiene de sombra de una luz que todavía no conocemos plenamente (…). A los cuadros de un amanecer siempre les falta ese exceso de estilo que flota en los ambiciosos pinceles humanos. Por ello, una madrugada siempre es tan sin pretensiones, y tan hermosa (…) sus historias [del Salvador] parten hacia la verdad con una capacidad de propulsión, una naturalidad de estrellas fugaces, que no poseen los pretensiosos cohetes de nuestras novelas.

el clasicismo, un cristianismo imperfecto
(…) El lenguaje de Cristo recuerda la simplicidad de un amanecer (…), esa limpidez que el llamado arte clásico ha buscado incesantemente, sin lograr jamás la pureza del pincel, de pluma divina. Porque el clasicismo suele derivar hacia un formalismo que está a una gran distancia de las palabras de nuestro Salvador.

la paradoja, expresión literaria del amor
Són abundantes [en Jesús] planteamientos paradójicos (…). Casi me atrevería a decir que la paradoja es lo que resulta del pensamiento tocado, alumbrado por el resplandor de amar. El lenguaje deja de ser una regla de medir el mundo, transformándose en la fusión apasionada de cosas que, en un principio, eran irreconciliables (…). La escritora de Ávila nos demuestra que la paradoja no es un capricho retórico de la santidad, sino, al contrario, la única manera de decir lo indecible (…): “Siempre querría el alma –como he dicho– estar muriendo de este mal”.

la metáfora, un tropo maleducado
sabiendo nosotros que una metáfora es una comparación que se comporta mal, porque se le olvida ese gesto de buena educación que es la partícula ‘como’.

“expoliados del dulce misterio de sí mismos”
Si el lenguaje, con todo su vuelo retórico, no existiera (…) correríamos el riesgo de creernas “huecas en lo interior” [Santa Teresa de Ávila]. Hoy en día, ¿cuántas personas hay (…) que están siendo ahuecados por la sociedad de la imagen, expoliados del dulce misterio de sí mismos? Muchos, como sabemos: las antiguas represiones se ejercen ahora de nuevos modos, pero con una misma intensidad antigua.

el divorcio literatura-espíritu
Se trata de organizar un gran festín que nos consuela del descubrimiento de que no hemos sido invitados al banquete de eternidad. Algo así como la parábola de la fiesta de bodas del Evangelio, pero sin boda: una fiesta que sea sólo eso, fiesta, tristeza disfrazada de alegría hipnótica (…). Ya no nos interesa hacia dónde viaja el tren de las palabras, sino sencillamente cuántas personas se han montado en los coches. El resultado es este gran alud de vacíos que nos contempla desde los escaparates de las librerías. Viajes sin viaje, podríamos decir. Palabras sin Palabra. En el fondo, alucinaciones, sin visión, sin contemplación. El propio autor se ha transformado en una imagen entre imágenes: un espejismo más.

pessoa y el poeta fingidor
De Pessoa me permitiría citar un texto (…) que plantea todo esto con meridiana claridad (…):

Autopsicografía
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.

Y los que leen lo que escribe,
en el dolor leído sienten bien,
no los dos que él tuvo
mas sólo el que ellos no tienen.

(…) o sea, que a través del poema quien lee descubre en sí mismo, como personal, un sentimiento que antes no había tenido. Que, en el fondo, no es suyo (…). Se ha llegado aquí a través de dos fases: en la primera de ellas, la ausencia de lo divino era otra manera de recordar a esa divinidad. Lo dijo Pessoa de un modo expresivo: “no haber dios es un Dios también”.

el cristianismo y la “sublime moción de censura a la realidad”
Lo que pasaba en Roma, en el circo romano, hoy pasa en Siria, en Pakistán, en Nigeria (…). No es una visión pesimista, al contrario (…). Cuando uno escribe que perpetuamente ha habido y habrá mártires, que la creencia que profesamos funcionará en todas las épocas como una crítica y una crisis, parece que le ha tocado ser el aguafiestas de la fe. Porque, exactamente como Pedro y los apóstoles, lo que en el fondo nos gustaría tiene mucho que ver con una nueva sociedad aquí y ahora, donde triunfe el bien y la justicia. Esa restauración de Israel (…). De hecho, el bien y la justicia tienen que ir triunfando pero, aquí y ahora, nunca triunfarán completamente. Esa es la imperfección vital del cristianismo y, al mismo tiempo, su infinita lucidez: una lucidez que se puede comprobar oteando los panoramas de la historia. Porque el reino de Dios se asemeja a una sublime moción de censura a la realidad que sólo triunfará del otro lado de esta vida: en la vida plena de la eternidad.


* El título de la entrada y los títulos que encabezan los fragmentos son del autor del blog


divendres, 4 de setembre del 2015

Palabrología

Virgilio Ortega
Palabrología (2015) 

metáforas catedralicias
La catedral (en griego, hedrasignificaba ‘asiento’, ‘acción de sentarse’, y katá, ‘abajo’, ‘sobre’, por lo que kathedra era el ‘asiento sobre’ el que uno se asentaba (...). ‘Nave’ viene del latín navis, navío, nao, ‘embarcación’, pues su techumbre nos recuerda un barco invertido, boca abajo, como una cóncava nave que surcase ese mar azul que es el cielo (...). El arco es, como la ‘nave’ otra metáfora: viene del latín arcus, que es el arma con la que se disparan las flechas, en este caso flechas que se dirigen hacia el cielo, hacia donde ese arco de piedra parece apuntar (...). El arquitecto ha construido cuatro pechinas (claro, como las conchas de esos bivalvos tan ricos) (...) ha podido construir un doble tambor (¡otra metáfora, qué poético es el lenguaje de la arquitectura: naves, arcos, cañones, pechinas, como si todo cupiese en una iglesia!) o cimborrio (del griego kiborion –a través del latín ciborium- que era el fruto del nenúfar, ¡más metáforas! (...) (¡’nervios’, otra metáfora!), la cúpula (el diminutivo de del latín cupa, ‘cuba’, por la similitud e su forma, octava metáfora).

querer es ‘buscar intensamente’
Un inquisidor, que ya vimos, y un pesquisidor vienen a ser lo mismo: ambos vienen del latín quaerere, ‘buscar’, inquirir [y sólo más tarde, ‘desear’, querer], por lo que perquirere es ‘buscar intensamente’, perquerir, y el resultado es una pesquisa o ‘indagación’.

diumenge, 2 d’agost del 2015

Paraula de Rudolf Ortega

(Els títols en negreta són de l’autor del blog)

el termcat dels baixos fons
Tenim una llengua que es belluga incòmoda en alguns contextos col·loquials, com si fos una llengua massa burgesa, massa ben plantada, d’estiueig a Viladrau i caseta a la Cerdanya. Una llengua reticent a envilir-se en l’acudit groller i el ditirambe masclista, aliena a les armilles reflectants i a les discoteques poligoneres, que prefereix el batxillerat a la formació professional. Una llengua que, acomplexada per les mostres de menyspreu, com si cada insult fos un Rosebud que perdem, ha negligit fins ara els registres més embastardits a canvi de conquerir els àmbits elevats, només per poder dir, airosa, «doncs mira, sí que en sabem, de física nuclear». (…) No hi ha cap mena de dubte que el model del Termcat ha funcionat, i potser convindria traslladar-lo a altres nivells de la llengua. D’alguna manera que no sabria dir, caldria fundar una mena de Termcat dels baixos fons, un Mr. Hyde del català, una cara oculta de l’idioma, on la llengua tractada fos explícitament la dels registres populars, la dels insults i l’acudit porc, l’escatològica i degradant, amb lingüistes igualment experts que els altres, els del Dr. Jekyll, però que es dediquessin a recuperar i generar llenguatge útil per al populatxo més vulgar. (…) Mentre el marc sociolingüístic no sigui suficient perquè la llengua, per si sola, senyoregi tots els registres, no és un objectiu negligible que destinem bons lingüistes a la generació de recursos d’estar per casa per als usuaris, els quals seran sempre sobirans per fer-los servir o no. El Termcat ja té edat de tenir criatures, i és hora que ens doni un fill bord.


‘jovells’
L’allargament de la joventut va mutar en un apropament de la vellesa: pots ser jove fins als 40 anys, però als 45 ja ets gran per treballar, de manera que no se t’acudeixi quedar-te sense feina. 


el món postberlinès
La culpa és de la caiguda del Mur de Berlín. El jovent de totes les èpoques té la missió d’intentar canviar el món, però aquesta generació perduda es va trobar que, quan estava en disposició de canviar-lo, o almenys de provar-ho, el món va canviar tot sol. Als anys noranta del segle XX ja no calia mobilitzar-se, ni fer pancartes, ni lluitar per la desmilitarització o contra les nuclears. Les injustícies van passar a ser administrades per oenagés, el planeta va deixar de ser un lloc conflictiu per passar a ser un lloc atractiu, que valia la pena conèixer, i l’abaratiment dels viatges va propiciar les visites a països que passaven gana “però on tots et miren amb un somriure”. La revolta ja no tenia cap sentit.


l’artifici del tòpic
Si alguna cosa no han aconseguit, els tòpics, ha estat penetrar en la llengua normal, la que fem servir de manera espontània. Si arribo a casa i dic que vinc d’unareunió maratoniana, segur que la família me’n farà fora, i no crec que la canalla m’entengui quan en lloc de dir-los que anem a un parc els deixo anar que passarem el matí en un pulmó verd. Doncs per alguna mena de fenomen extrasensorial aquestes expressions abunden en el llenguatge informatiu mercès a la falsa impressió d’enriquiment que proporcionen.


gènesi i ús del tòpic
Compte, però, l’origen del tòpic és sempre una expressió brillant. Ningú pot negar que totes aquestes fórmules són ocurrents, i en tots els casos sempre s’hi amaga una figura retòrica d’una certa categoria que sintetitza un concepte fins aleshores esmunyedís. El problema és que la droperia convidi l’usuari de la llengua a emmotllar-se a un catàleg d’expressions suades i això comporti la renúncia del més ambiciós dels exercicis que es poden fer amb la llengua: el combat contra la misèria estilística a la recerca de la precisió i l’originalitat, tot generant nous recursos que s’incorporin al cabal fraseològic. El problema dels tòpics no és la forma que prenen, sinó la freqüència amb què s’usen. 


llengua d’estat
Fa 30 anys calia desmilitaritzar el castellà i ara s’ha de desjudicialitzar.


la tergiversació del bilingüisme
Ciutadans ha manegat un concepte de bilingüisme del tot espuri, pel qual qui havia de ser bilingüe no eren les persones, sinó el medi, de tal manera que, assegurant la presència de totes dues llengües en l’entorn, el coneixement i l’ús de la llengua de l’altre fossin totalment superflus. Doble retolació, doble xarxa escolar, documentació oficial en dues llengües, televisió pública en tots dos idiomes..., en una operació d’enginyeria sociolingüística brussel·lita que l’única cosa que fa és, en lloc de fomentar el bilingüisme, garantir un doble monolingüisme, i no és el mateix.


lectoselfie?
La pràctica del selfie (divertida, simpàtica, sensacional) s’associa sempre a activitats vistoses, arriscades, com ara participar en una festa multitudinària, nedar entre taurons o abocar-se al cràter d’un volcà actiu. I en canvi, ningú es fa un selfie llegint un llibre, ni consultant un diccionari, ni remenant en una biblioteca. ¿Fer-te una foto mentre passes la pàgina d’un llibre? ¿Posar morrets a la secció de novel·la amb un comentari de l’estil “Buscant llibres de Jesús Moncada”? Sisplau, no fem riure. Tampoc ningú es fa un selfie quan està trist. L’avorriment i el tedi no són coses de compartir.


l’obsessió contra l’ambigüitat
Hi ha una frase divertida. La jove veu l’amenaça. És de Gabriel Ferrater, de la seva obra Sobre el llenguatge. (…) La cerca d’ambigüitats forma part del joc lingüístic, tot i que el context comunicatiu ens sol ajudar a desfer aquesta ambigüitat. (…) Tot i això, el recel cap a l’ambigüitat, entesa no com un aspecte propi del llenguatge sinó com un fracàs de la comunicació, va portar a l’establiment de solucions gràfiques amb forma d’accents diacrítics en paraules que, compartint significant, divergien en significat i de vegades en pronúncia.(…) I la frase de Ferrater? ¿No convindria escriure vèu en el cas del verb veure per distingir-ho de la veu humana? No, esclar, seria una fabulació.


el mite babèlic de la llengua comuna
La defensa numantina del concepte de llengua comuna poua en el mite bíblic de la Torre de Babel. Diu aquell relat que els éssers humans, mentre parlaven una sola llengua (…). Gràcies a Déu (en sentit literal), la diversitat lingüística carrega des de llavors amb l’etiqueta de ser un càstig diví, al costat de l’expulsió del Paradís, el diluvi universal o la destrucció de Sodoma. El llegat de mite bíblic, malauradament, es pot rastrejar al llarg de la història, com una llufa macabra que penja de les llengües petites. Els romans anomenaven bàrbars precisament els que no parlaven com ells (el mot bàrbar té un origen etimològic onomatopeic, en imitació d’un balbuceig incomprensible), i no és difícil trobar tradicions populars en què s’identifica el Diable, ni més ni menys, com aquell que és capaç de parlar llengües rares. Però la pulla definitiva la clava la Revolució Francesa, que amb l’anomenat informe Grégoire (el que seria el primer estudi sociolingüístic de la història) va consagrar els beneficis que tenia disposar d’una sola llengua comuna nacional i va establir les bases per a l’aniquilació de la diversitat lingüística de l’Hexàgon. Les llengües, doncs, vistes com allò que separa, com a font del conflicte, com un obstacle per reconstruir la Torre. (...) Així com tindríem una lògica prevenció davant líders polítics, o religiosos, o intel·lectuals, que perpetressin sintagmes de l’estil raça comunapàtria comunareligió comuna o orientació sexual comuna, sembla que estem definitivament immunitzats contra la perversió de l’expressió llengua comuna, que sempre ens recorda que hi ha una llengua amb la qual farem grans coses i arribarem més amunt en la Torre, i que, per tant, les altres millor que les facis servir a casa.


la dona i la llengua
El relat de la recuperació de la llengua, burgès i masculí, està en deute amb un procés que, probablement, va tenir molt de popular i femení.


en defensa dels exònims
Tractar l’aranès amb respecte no és escriure Valh d’Aran, sinó escriure Vall d’Aran i encaixar amb naturalitat que ells escriguin Catalonha.


oxímorons consagrats
També ha passat que algunes realitats noves s’han servit de l’oxímoron per trobar una manera d’expressar-se, com ara la tolerància zero, o la realitat virtual, una contradicció en si mateixa que, no obstant això, ha acabat plenament assumida pel parlant. 


la dignitat dels col·loquialismes
Poc més es pot fer per l’àrbit, pobre, més enllà d’esperonar-ne l’ús. Suposo que seguirà malvivint en camps enfangats precedint innobles qualificatius, tot esperant que l’àrbitre de debò se’l miri amb respecte.


el triomf de la bola
A mi, personalment, ja m’estava bé èbola, però no crec que ja ningú pugui parar la bola.


dissabte, 27 de juny del 2015

Pedefoscritos

Màrius Serra
La Vanguardia, 29/6/2015


Muchos premios literarios aún hablan de manuscritos y las agencias literarias dicen que reciben manuscritos (aunque sea en PDF). Aparte de los escritos con los pies, que también los hay, la mayoría de textos literarios se escriben con las manos, pero casi siempre aplicándolas a un teclado. Consciente de este lugar común, Manuel de Pedrolo ya quiso ir más allá en 1974 en el título de la que probablemente sea su obra más divulgada: Mecanoscrit del segon origen. (…) Después de manuscritos y mecanoscritos inéditos me pregunto cómo les llamaremos cuando se empiecen a localizar PDF inéditos. ¿Pedefoscritos?

dijous, 7 de maig del 2015

Allavontes, què fem?


Enric Gomà (ed.)
Canvi d’agulles. Per un català més ric, àgil i senzill (2015)
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Rudolf Ortega
L’ortografia de la llengua ha de ser una rosa, amb espines si es vol, però no un cactus.

Albert Pla Nualart
l’esperanto i els ionquis
Un registre informal (el diàleg entre dos nens, per exemple) no pot ser per definició artificiós si no vol fer a miques un principi tan substancial del cinema o la literatura com és la versemblança. Dos ionquis del Bronx no poden parlar, en una novel·la o un film, en una mena d’esperanto.

Enric Gomà
en pínxol i en pànxol
Unes quantes paraules acabades amb –o, com ara llamanto, plano, ninxo, dento, rinxo, bonito, grevo, peso, no estan acceptades pel DIEC. Com que aquesta –o és una terminació suspecta, va provocar l’aparició de les formes ultracorrectes, segons ens explica Coromines: llamàntol, plànol, nínxol, déntol, rínxol, bonítol, grèvol, pèsol (…). Fins i tot Josep M. de Sagarra, a les traduccions de Shakespeare de la postguerra, escriu Apol, per evitar Apol·lo. Ni el déu suprem de l’Olimp resistia aquesta terminació! (…) El diccionarisme és implacable. Al pas que anem, algun dia a les escoles catalanes els nens recitaran: “En Pínxol li va dir a en Pànxol…”.

Ramon Solsona
l’avantatge de les llengues mortes
Hi ha qui s’estimaria més que el català fos una llengua morta. Una llengua de la qual se sabés tot, com el llatí, i que constituís una font de plaer per als erudits, que en serien els grans experts i els únics usuaris. Podrien treballar en estudis de gran calat filològic i es podrien comunicar entre ells amb cartes escrites en un català artificial i enginyós que només ells sabrien llegir. Perquè les llengües mortes tenen el gran avantatge de no patir interferències d’altres llengües i no són profanades per la plebs. Sense parlants, les llengües serien perfectes.

el perquè del divorci entre parla i llengua catalana
El català escrit té pànic de la llengua oral (…). La gran catàstrofe del 39 ho va aturar tot i el català va perdre la literatura, l’escola, la ràdio, la premsa, el teatre, el cinema, la publicitat… I el poder polític (…). Va esdevenir catacumbal i en aquest retrocés la normativa, que estava pensada sobretot per la llengua escrita, va esdevenir llei divina. El català col·loquial i popular, l’estil familiar de què parlava Pompeu Fabra, va ser foragitat del reduït espai de la literatura catalana. L’implacable lingüicidi que va patir el català durant la dictadura va provocar una forta resistència conservacionista. La pugna entre escriptors i correctors ha estat digna d’una comèdia d’embolic, els uns amb la dèria de preservar la puresa, i els altres, amb el desig de donar al català una fluïdesa i una naturalitat que el rigor normatiu no acceptava. (…) Recordo aquí l’avís que feia sovint Joan Solà: “En la fraseologia ens juguem el futur de la llengua”

col·loquialismes més enllà del castellà
No ens confonguem! El català col·loquial inclou barbarismes, però també un munt de desviacions normatives que no tenen res a veure amb la influència del castellà. Pregunto: són influència del castellà les deformacions fonètiques de bora nit (…), xixanta, encabat, fandilles, paiella, solsament, etivocar, col·lègit, anar al radera, de jonolls (…), ideia (…), allavòrens? Són influència del castellà les formes verbals aviam, vem anar (…), volguer, sapiguer, poguer, capiguer? És influència del castellà la repetició del pronom en en formes verbals com entorna-te’n, no me n’enrecordo, no te n’enfotis? (…). Hi ha un esqueixament profund entre la llengua popular i la llengua culta, entre l’aristocràcia del llenguatge i la tradició oral (…). Coromines es queixa de la “runa del llenguatge vulgar” quan esmenta variants populars de llavors i després (allavonses, allavontes, llavons, dempués, despuenses), però és el primer a embadalir-se amb la llengua dels pagesos i els pastors (…). Quan Joan Maragall fa L’elogi de la paraula, no exalça la llengua dels erudits ni dels literats ni dels gramàtics, sinó la dels pastors i els mariners.

no sabem què parlem
Hem perdut el dring natural del català, aquell patrimoni frondós que brollava de manera espontània dels llavis dels nostres besavis i rebesavis. Ells estaven connectats sense saber-ho amb l’ànima profunda de l’idioma, mentre que nosaltres estem confusos, vacil·lem constantment, no sabem ben bé què parlem (…) ja no sabem què és genuí i què espuri. Cada generació aprima la capacitat expressiva, potser guanya en coneixements de normativa i correcció, però perd un intangible que no es pot quantificar: el geni de la llengua. (…) jo afirmo amb tota rotunditat que un poca-vergonya i un sinvergüensa no són el mateix. El sinvergüensa és més bandarra. Associo sinvergüensa a d’altres castellanismes de sabor popular. Com embustero, quartos, peleiar o qüento.

mistos, vanos i altres falsos castellanismes
No tots els castellanismes fan olor de sofre ni tots tenen la mateixa consideració. N’hi ha uns quants que tenen una característica curiosa: són castellanismes que no té el castellà. A vegades són castellanismes clars i d’altres, falsos castellanismes que, per diverses raons, han arrelat en català de manera diversa a la del mateix espanyol. (…) Un cas semblant és el de mistos  -“no és un castellanisme”, s’exclama Coromines-, una paraula ben nostra que correspon al castellà cerillas. És el mateix que mixtos, plural de mixt (…). I encara un sospitós habitual. Abusananos (…) sembla espanyol. Però no ho és. (…) I tampoc no veig un repicó del castellà al tanto que només diem en català: al tanto, que va de canto. (…). Vano. Un clàssic. És un diminitiu del portuguès abano, passat al castellà i després bifurcat: en forma diminutiva (abanico) en espanyol, i escurçat en català (vano) (…). Vano té el mateix pecat original del caldo, viudo, clero, maco, quadro, cigarro, barco, nano, toro… Ai, aquests masculins acabats en o! Són com aquells nois que no són acceptats a les famílies de casa bona perquè la nena no es pot casar amb un arreplegat. Van entrar amb comptagotes al DIEC, però estan sempre sota sospita, com aquells negres americans que estan mal vistos encara que només tinguin un setzè de sang negra.

la fal·làcia de “la gent parla així”
(…) quan escrivia guions per a sèries de televisió m’havia trobat col·legues que feien uns diàlegs amb una base sintàtica i fraseologia espanyoles. L’excusa era que “la gent del carrer parla així” i que no podíem fer parlar els personatges d’avui com a catalanets [sic]. Mentida. El noranta per cent de les coses que diu la gent del carrer no té cap interès en cap llengua i, com que reproduir-los en cru seria avorridíssim, cal escurçar, comprimir, reelaborar, forçar, etc. És a dir, cal pencar i fer d’escriptor. I és una excusa de mal pagador afirmar que el català és una llengua massa rígida i monocroma per als diàlegs. Es tracta de saber escriure, d’acord, però, sobretot, de saber escoltar. Perquè cada llengua té el seu dring. C’est le ton qui fait la chanson, diuen els francesos. Tu, com a autor, tries què diuen i com ho diuen els teus personatges (…). I, si els teus diàlegs carrisquegen perquè sonen forçats i massa normatius, és culpa teva.  Com passa al futbol, al labor dels bons àrbitres ha de passar desaparcebuda. Com deia Joan Fuster, “entre l’arcaisme i el barbarisme hi ha sempre una tercera via: l’enginy de l’escriptor” (…). Si se sap remenar, garbellar i triar, en el català popular s’hi troben granets d’or (…). Fins i tot alguns castellanismes tenen més gràcia que en castellà.

*** Nota: els títols que encapçalen els fragments són de l’autor del blog



dimecres, 28 de gener del 2015

En defensa de la Edad Media



Gilbert Keith Chesterton
Pequeña historia de Inglaterra (1920)

la creatividad colectiva
Hay que esforzarse por comprender que en aquellos siglos la multitud, lejos de destruir, produjo; que aquellas obras maestras las llevó a cabo un artista de muchas cabezas, un artista de muchos ojos y muchas manos. Y si algún escéptico a la moderna, en su odio por el ideal democrático, encuentra mal que hable yo de obras maestras, por ahora sólo quiero responderle que la misma palabra «obra maestra» procede de la terminología de los artesanos medievales.

de master a mister
Algo de este triste diminuendo se advierte en la evolución de «Master» a «Mister» (…). El «Master» es más que un simple «patrón». Es el maestro de la obra, mientras que hoy sólo significaría el jefe de los obreros. Es carácter fundamental del capitalismo moderno el que el dueño de un barco no sepa ni para qué sirve un barco ; que el terrateniente no conozca ni el contorno de sus tierras ; que al propietario de una mina de oro sólo le interese la porcelana antigua, o que el propietario de un ferrocarril viaje exclusivamente en globo. (…) En el sistema de gremios (…) todo patrón de obreros era un maestro de Artes, «Master of Arts». Los otros grados sucesivos eran: oficial y aprendiz. Pero éstos, como los grados universitarios correspondientes, eran grados por los cuales cualquiera podía pasar; no eran clases sociales. Eran grados, no castas.

dissabte, 18 d’octubre del 2014

Selfie o no selfie

Pedro Álvarez de Miranda
Académico de la RAE. La Vanguardia 17/10/2014

“(…) empeñarse en no meter selfie y meter autofoto sería ingenuo (…). No se puede pensar que la Academia tiene ese poder de convicción sobre tantos millones de usuarios para proscribir el empleo de selfie. Si al final hay que aceptarla, como decía Espronceda, ‘un cadáver más qué importa al mundo’, pues un anglicismo más qué importa al mundo”. 

dijous, 9 d’octubre del 2014

Lanzar un mensaje de tranquilidad

Joan Pau Inarejos
Me inquieta cuando los políticos dicen que quieren “lanzar un mensaje de tranquilidad” y después no lo hacen. Este latiguillo se ha convertido en una curiosa frase autorreferencial. Por lo general, cuando a uno le prometen un mensaje de tranquilidad, a continuación espera argumentos y explicaciones que, efectivamene y por su propio contenido, contribuyan a calmar los ánimos. Pero éstos brillan por su ausencia. Hoy en día, el mensaje de tranquilidad es decir que se quiere lanzar un mensaje de tranquilidad.

Para colmo, esta frase no la suelen utilizar grandes estadistas o líderes carismáticos, de quienes suponemos que tienen mucha información y saben lo que hacen, sino ministros/as mediocres obligados a comparecer para apagar fuegos y crisis sobrevenidas de las que tienen poca o nula información. En el fondo, lo que hacen estos voceros es calcar perezosamente la jerga de sus asesores y spin doctors: “tienes que lanzar un mensaje de tranquilidad”. En este punto el político debe empezar a pensar cómo y de qué manera va a tranquilizar a la población. En vez de esto, sale como un loro, declara su impotencia y dice que quiere “lanzar un mensaje de tranquilidad”. Es el juego del teléfono: por aquí me dicen esto y yo lo repito (peor).

La estrategia comunicativa sobre el Ébola se limita a "lanzar mensajes de tranquilidad" (Ana Mato), igual que la lucha contra el paro se reduce a "lanzar mensajes de confianza" (Fátima Báñez). Los políticos se han dado a una competición de lanzamiento de mensajes como quien lanza jabalinas, martillos o discos: no importa lo que se lance mientras se lance lo más lejos posible. Por hacer una comparación grotesca, es como si el gobernante saliera a la palestra, dijera que quiere “hacer una promesa electoral” y esperase el aplauso entusiasta de la platea sin explicar qué hospital va a construir o qué bajada de impuestos quiere aplicar. Del mismo modo, la tranquilidad y la confianza no se generan por el mero hecho de enunciarlas: al contrario, subrayar estos conceptos como un mantra, sin darles contenido, provoca serias suspicacias. Aunque estemos detrás de la pantalla, no somos tontos. Lo digo por lanzar un mensaje de clarificación.