diumenge, 7 de setembre del 2014

En defensa de la contemplación *

Rafael Tabarés Seisdedos
Catedrático de Psiquiatría en la Universitat de València
El País, 25/8/2014

“Del ‘Todo es posible’ al ‘Nada es posible’ a veces hay una delgada línea”

Poder sin límites, ser capaz de cualquier cosa nos convierte en sujetos récord, plusmarquistas que competimos con el otro y con nosotros mismos (…). El "Yes, we can" de Obama y el "Podemos" de Pablo Iglesias expresan esta positividad de la motivación (…). Pero del "Todo es posible" al "Nada es posible" a veces hay una delgada línea pintada con el rojo casi negro de la decepción, del fracaso, de la depresión.

“El fin último de esta sociedad ha dejado de ser la utopía de progreso y de civilización para ser el afán de maximizar la producción”

No debemos perder de vista que el fin último de esta sociedad ha dejado de ser la utopía de progreso y de civilización para ser el afán de maximizar la producción y, la positividad del "yo puedo"o del "nosotros podemos" es mucho más eficiente para aumentar la productividad que la negatividad del deber y la prohibición. Porque el sujeto de rendimiento-récord (…) se explota a sí mismo, voluntariamente, sin coacción externa (es su propia mano la que levanta el látigo y golpea su Yo). (…) No creo que lo que enferma sea el exceso de responsabilidad e iniciativa, o la cultura del esfuerzo, sino la autoexplotación voluntaria o cuando aparecen sentimientos de insuficiencia e inferioridad (…).

“La positividad del ‘yo puedo’ es mucho más eficiente para aumentar la productividad que la negatividad del deber y la prohibición”

Sin embargo, hay tantas evidencias científicas que demuestran que el multitasking (la multitarea), (…) es una regresión en el desarrollo cognitivo, una vuelta a la supervivencia en la selva, donde los animales salvajes están obligados a dividir su atención en diversas tareas como comer, reproducirse o criar en constante riesgo vital o competencia. En efecto, la neurociencia cognitiva nos advierte que, más allá de las bromas sexistas, los hombres y las mujeres tenemos una limitación de la capacidad atencional a una o dos actividades simultáneas. Cualquier incremento supone una merma en el aprendizaje, una aceleración en la fatiga (…).

“El multitasking (la multitarea)  es una regresión en el desarrollo cognitivo, una vuelta a la supervivencia en la selva”

Tal vez haya que buscar más elementos para sostener el mito de la multitarea. Por ejemplo, una necesidad extrema de sentirnos vivos, de estar conectados, permanentemente conectados (…). Pero son miles de conexiones insatisfactorias, de baja calidad porque resultan irrelevantes y superficiales. (…) el 67% de los hombres y el 25% de las mujeres prefieren recibir una descarga eléctrica y sufrir un daño físico antes que seguir con el sufrimiento mental de vagar consigo mismo. Un mínimo de introspección, de meditación nos sumerge en la peor de nuestras angustias hasta autocastigarnos.

“Cuando se han conseguido los principales logros culturales y científicos ha sido bajo una profunda y contemplativa atención, ante una mirada larga y pausada. La vida contemplativa convierte al hombre en aquello que debe ser y, no la multitarea

La sociedad de rendimiento-récord manda un mensaje inequívoco: no es posible una atención profunda y contemplativa, el don de la escucha da paso a la preciada pura agitación de los hombres en acción (…). [Pero] cuando se han conseguido los principales logros culturales y científicos ha sido bajo una profunda y contemplativa atención, ante una mirada larga y pausada. La vida contemplativa convierte al hombre en aquello que debe ser y, no la multitarea, la simultaneidad o el zapping mental.

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* El título es del autor del blog

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