diumenge, 29 de març del 2015

La barbería

Joan-Pere Viladecans
'Rostros contra el tiempo', La Vanguardia 20/3/2015


Así eran los barberos antes de llamarse peluqueros o psicoestetas. A un paso entre el psicólogo y un confesor. Entre el chafardeo profesional y el vocacional. Los caballeros se arreglaban el cabello, algunos se afeitaban a brocha y navaja, y a algún fachilla le recortaban y daban tinte al bigote. “¿Una monedita para la radio?”. Brillantina y loción con masaje, aparte. Dicen que los varones salían con la autoestima en ristre, la moral encajada ... y con todo un sábado por delante. Antes de lo hipster, a las señoras les gustaban rasurados, perfilados de patillas y con el cogote descendido. Eran tiempos en que, aún, “la cara era el espejo del alma”; hoy, la cara va por un lado y el alma por otro.

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