Hemos olvidado los fines en la nebulosa del escepticismo para abrazar con fervor el corpus ritualístico de la cultura
Ninguna de las acciones del obrero es la 'acción clave' para construir el edificio, sino que cada una de ellas toma sentido en la cadena de construcción. Ningún ladrillo es necesario, pero "cada ladrillo es un hecho de trabajo objetivamente disciplinado", dice Arnold Gehlen.
El andamiaje cultural necesita una disciplina de actuación, una forma programada de responder a los deseos sociales y personales. Cuando esto se acentúa nos encontramos con un verdadero 'culto a la forma', al medio, a los raíles, a los ladrillos. Es lo que en el mundo periodístico se llama 'mediacentrismo': la red informativa atrae el interés sobre sí misma, 'el medio es el mensaje'. Vivimos el auge del formalismo. Curioso proceso: hemos olvidado los fines y contenidos en la nebulosa del escepticismo para abrazar con fervor el corpus ritualístico de la cultura.
Las conductas se han secularizado, porque ya no creemos en dioses metafísicos e ideológicos pero los seguimos adorando con más devoción que nunca. Las carreteras, los hilos, los píxels, en definitiva la 'textura' visible de la cultura es hoy la estética más aclamada. No importa donde vayas. La pregunta es: ¿te gusta conducir?
JOAN PAU INAREJOS, julio 2004
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